Un nuevo comienzo (una crónica del seminario con Dan Harden)

El pasado 5 y 6 de Septiembre, en Madrid, tuvimos la oportunidad de conocer a Dan Harden, un artista marcial de amplio bagaje que enseña un método corporal para desarrollar el aiki, que ha denominado Sangen. El seminario fue muy interesante, pero nos gustaría dejar que sean algunos de sus asistentes los que nos den su opinión. En este caso, Rikardo Ripalda, del Koi Aikidojo, realiza una breve reseña de lo que para él significó este seminario.

Como no es la única crónica del curso, voy a tratar de describir lo que ha sido para mi. Hace un año no sabia nada de IP y como he podido constatar este fin de semana, tampoco de AIKI…, y eso que llevo un tiempo siendo practicante de Aikido. Por afortunadas casualidades del destino, entré en contacto con Álvaro y a través de él con el grupo IP/AIKI justo cuando empezaba a fraguarse la visita de Dan. Ha sido un año el que he ido leyendo con interés todo lo que se comentaba y he intentado hacer cositas, pero ante mi falta de conocimiento y la cantidad de información que me llegaba y que no entendía adecuadamente, la confusión que me generó hizo que dejara el tema mas o menos aparcado a la espera del curso, para empezar de cero desde ahí, siempre y cuando la idea que me había hecho de Dan y de lo que hacia fuera la que esperaba. Fue lo que esperaba y mucho más.

Tras un año esperando, tengo que admitir que incluso estaba nervioso. La mañana del sábado llegué pronto y tras conocer en persona a algunos de los compañeros del grupo, nos toco esperar a que llegara Dan. Creo que la puntualidad no es una de las virtudes de los budokas. Finalmente Dan llegó y enseguida pudimos ver que era una persona con carisma, abierta y muy fácil de tratar, con tendencia a la broma y a la risa.

Empezó el curso y enseguida comprobamos que esto no iba sobre meditación, sobre magia o esoterismo. Era básicamente, un taller de trabajo corporal. Poco a poco fue desplegando una serie de conceptos e ideas concretas que pudimos trabajar en sencillos ejercicios, pero lo fundamental era él, poder tocarlo y poder comprobar lo que decía. Tocarlo o experimentar en uno mismo lo que hacía marca la diferencia, ya que si lo ves desde fuera puede parecer casi magia. Estábamos todos muy a gusto y concentrados, las horas pasaron volando.

Lo fundamental para mi es que pude entender lo que era el Aiki tras largos años de practicar Aikido, incluso pude entender del todo el Aikido mismo. Aiki es una habilidad física concreta que hay que trabajar para desarrollar. Pude darme cuenta de la verdad detrás de las artes marciales, ese algo que se intuye y se busca, pero que nunca se alcanza y que finalmente uno piensa que no es sino fantasía. Las verdaderas artes marciales tratan sobre cambiarnos a nosotros mismos, hasta hace poco esta frase no la entendía en su verdadera dimensión, ahora sí. Al final el curso Dan nos desafió: «Os he enseñado una verdad, ¿vais a seguir haciendo lo que hasta ahora? ¿Vais a hacer algo al respecto?».

Lo cierto es que así me siento y tras años de búsqueda, una verdad me ha sido revelada; ¿que voy a hacer al respecto?

Rikardo Ripalda