Una historia del movimiento en las artes marciales japonesas (I)

Como practicantes de Aikido, una excelente manera de conocer mejor lo que practicamos es estudiar, en la medida de nuestras posibilidades, las artes marciales japonesas, dentro de las cuales el Aikido se desarrolló y nació. Un aspecto fundamental en este punto es entender la gran diferencia que en ocasiones existe entre las koryu, escuelas marciales anteriores al período Meiji, y los gendai budo, aquellos desarrollados durante la modernización del Japón, iniciada a finales del siglo XIX. El Aikido, como gendai budo, es una arte marcial moderno, pero hunde sus raíces en prácticas marciales extraídas de varias koryu, algunas bien conocidas.
A continuación os traemos la traducción de un interesante ensayo sobre el movimiento corporal en Japón, sus técnicas y su relación con el Budo, escrito, por Kacem Zoughari. Este tema no es menor, ya que las técnicas en la koryu estaban enraizadas en una concepción y manera de usar el cuerpo muy características. Conocerlas es una excelente manera de entender la evolución de las artes marciales, y porqué existe el kamae y sus variaciones. Hemos dividido el ensayo en dos partes, siendo esta primera una introducción al tema. Es una entrada larga, que hay que digerir con tiempo, pero muy interesante y recomendable.
«Nadie hasta ahora ha ganado un conocimiento tan preciso del mecanismo corporal, que pueda explicar todas sus funciones; ni necesito llamar la atención sobre el hecho de que muchas acciones que se observan en los animales inferiores trascienden en mucho la sagacidad humana, y que los sonámbulos hacen muchas cosas en su sueño que no se aventuraban a hacer cuando despiertos: estos casos son suficientes para mostrar , que el cuerpo puede por las únicas leyes de su naturaleza hacer muchas cosas que la mente se pregunta como realizar «. (1)
De acuerdo con el informe más reciente presentado en la reunión de la Nihon Budo Gakkai (2), vemos que después de un siglo de su modernización los deportes de combate japoneses, conocidos colectivamente como las artes marciales, se encuentran ahora en un callejón sin salida. Este sentimiento es compartido por gran número de investigadores y profesionales de alto rango. Este impasse se extiende hasta la manera de moverse en la vida diaria, ya que las artes marciales modernas dicen ser el resultado final de una evolución que se basa en la forma de mover el cuerpo desarrollada por los grandes maestros de las artes marciales de Japón tales como Yagyû Sekishûsai (1529 -1606), Yagyû Munenori (1571-1646), Miyamoto Musashi (1584-1646), Itô Ittosai (1550-1618), Tamaoka Tesshu (1836-1888), etc.
Konparu Zempô (1454-1520), un intérprete de Nô durante el último período de la era Muromachi (1338-1573), escribió en su obra Zenpo Zatsudan, las siguientes consideraciones: «Bujutsu (técnicas de combate, artes marciales) y Kemari (juego de pelota) son análogas a Nô. Sin embargo, hay algo que no me gusta de Kemari, mientras en el Bujutsu todo es digno de mención.»(3) En cuanto al Nô, Yagyû Munenori escribió en una carta a uno de sus discípulos más cercanos, Kimura Sukekuro (1580-1656), con las siguientes observaciones: «Cada paso (transferencia de peso corporal) y cada palabra hablada esconde una verdad profunda. Esta verdad es el fundamento del Nô de la Escuela Konparu. Es interesante observar que este principio es la ciencia profunda que gobierna el movimiento en bujutsu«. (4)
En la forma de moverse en estas diversas disciplinas, refinada en algunos artes que toman como
Podemos preguntarnos cual es esa relación entre los distintos ámbitos marciales, donde el cuerpo sigue siendo el pilar principal. Esta misma e íntima relación conecta los maestros de las artes marciales más antiguas, con la práctica del Nô, Shodô, kemari o Sado. Para un novato o un simple practicante, y a veces también para un experto, las prácticas marciales modernas son la expresión más profunda y eficaz de la forma de moverse de los grandes maestros de antaño. Sin embargo, al observar los siguientes documentos, llegamos rápidamente a una idea de la magnitud de la brecha que separa a ambos:
- Combate entre dos kendoka de grado alto durante una competición en Tokio (marzo de 2003, de la foto, budo, No.437), hay que tener en cuenta la posición de los pies, en dos líneas paralelas, el talón del pie trasero está elevado, así como la posición de los brazos [Nota del Traductor: no hemos podido incluir esa imagen en esta traducción, así que hemos incluído la siguiente imagen, que ejemplifica el kamae de kendo moderno].

Ilustración en la que se ejemplifica el kamae de kendo, frontal y con brazos y piernas alineadas en paralelo, y el talón del pie trasero levantado.
- Foto que muestra al sucesor (izquierda) de la Itto-Ryu [Nota del traductor: suponemos que es Sasamori Kenzo], fundada a inicios de la era Edo (1603-1868), y que más tarde influiría en el kendo moderno. El agarre sobre la espada y la posición de los brazos es diferente de las de los dos que se ven en la foto anterior. La posición de los pies y el talón trasero (persona a la derecha) es casi idéntica a la foto anterior. Observamos también, una diferencia en el equipo de protección. En la foto se ve la primera protección utilizada para proteger las muñecas, inventada y utilizada en este estilo de kenjutsu. (Foto tomada en el final del período Taishô, colección privada de Sasamori Junzo, (1886-1976).

Foto histórica de la práctica del kendo, más cercana al Itto Ryu, y con un kamae y agarre de la espada ligeramente diferentes.
- Ilustración procedente de Kenjutsu hiden Hitori shugyo, escrito en 1789. Aquí vemos la misma posición, seigan no kamae, sin embargo vemos que los pies están en un ángulo diferente (90°). Los talones se están acercando a la misma línea y el agarre de la espada, así como la posición de los brazos, es muy diferente. El kamae se llama seigan no kamae, con la punta de la hoja apuntando a los ojos del adversario. Sin embargo, el cuerpo está ligeramente de perfil y atrasado, lo que muestra que es de un tipo de seigan no kamae muy diferente de los presentados hasta el momento. De hecho aquí, la posición de las piernas se conoce como hanmi o ichimonji no kamae. [Nota del traductor: como en el caso anterior, hemos elegido, ante la imposibilidad de acceder a la imagen mencionada, por incluír otra que ejemplifica el mismo kamae].

Sugino Sensei, de la Katori Shinto Ryu, mostrando seigan no kamae.
- Abajo, la ilustración de la Shinkage-Ryu Heiho mokuroku de Kamiizumi ise no kami (1503-1578?), publicado en 1570. Las posiciones son más anchas y los pies están en la misma línea, incluso si eso no es obvio en la imagen. Este tipo de posición muestra que el cuerpo está en de perfil y que el peso corporal ya sea en una pierna o la otra. Esta posición se conoce bajo varios denominaciones: hanmi, ichimonji Goshi, Ichi no kamae, ichimonji no kamae, shumoku no ashi no kamae, y Hira ichimonji no kamae.

Ilustración antigua de hira no kamae, donde se ve claramente la posición abierta, con los pies en la misma línea.
Además de ser una de las posturas básicas de todas las escuelas clásicas de bujutsu de Japón, también la encontramos en el combate con armadura, yoroikumiuchi. A continuación vemos el Shinto-ryû Kukejô Matacho o madaitô del Shinto-ryû fundada por Tsukahara Bokuden (1489-1571). Las amplias posiciones que están claramente perfilados, los pies en la misma línea, con la espada con su larga hoja curva del mismo tipo que el daito o tachi utilizado durante el Muromachi (1333- 1467) y períodos Mamoyama, que muestran de nuevo la diferencia con las posiciones de kendo moderno.

El hira no kamae también se emplea en el combate con armadura. En la foto, Donn Draeger y Otake Sensei, de la Katori Shinto Ryu,
A la luz del hecho de que hay diferentes representaciones de la misma actitud de combate con una espada, vemos que las posiciones son completamente diferentes. Del mismo modo, la manipulación, así como la sujeción del shinai (espada de bambú) es muy diferente de la de la espada, incluso de la espada de madera. Hemos aplicado el mismo método entre judo y jiu-jitsu y todas las diversas artes marciales actualmente conocidas en Japón y los resultados son los mismos.
El estudio teórico y práctico de las artes marciales clásicas y la comparación con Nô y danzas tradicionales japonesas muestran que las artes corporales, cuya historia podemos recorrer y explorar, revelan principios del movimiento o del gesto muy diferentes a las que damos por sentado hoy en día en la práctica marcial. Las diferencias técnicas, tales como la amplitud de los movimientos y la calidad de los mismos, así como la manera de sostener el arma, nos lleva a la siguiente hipótesis: Una ruptura terrible se ha producido en el nivel de la transmisión de técnicas de combate y, aún creyendo hasta ahora que se seguía la forma clásica (es decir; las posiciones, movimientos y formas de empuñado de las armas), la manera en que los artistas marciales de hoy en día realizan sus movimientos sigue un principio diferente.
Por otra parte, si nos fijamos en los gestos que se transmiten en el Budo de hoy en día, un gran número de preguntas afloran a la superficie. Por ejemplo: ¿Usaron Yagyû, Ittosai o Musashi armadura protectora durante el entrenamiento? ¿Cómo se entrenaban y con qué tipo de ropa? ¿Cuál era su posición inicial? ¿Cómo sostenían la espada, lanza, alabarda, daga, o Shuriken? ¿Había diferentes maneras de agarrar estas armas? ¿Son diferentes los usos de las técnicas y formas de movimiento que nos encontramos hoy en día en las artes marciales creadas durante el período Meiji? La mayoría de las técnicas de combate de las escuelas clásicas fueron creadas para su uso en cualquier tipo de situación. Al parecer, la forma de caminar, la posición de partida, y la forma de manipular el arma fueron los elementos principales sobre los que una gran variedad de técnicas fueron desarrolladas.
Evitad todo movimiento innecesario y centraos sólo en los movimientos racionales que
Las diferentes maneras de andar.
Después de un estudio a fondo de muchos de los documentos de transmisión de técnicas de combate escritos justo antes, durante y después del período Edo, observamos, de manera inequívoca, las muchas diferencias entre las artes marciales clásicas y las «artes marciales modernas». Una de las primeras cuestiones es la actitud del cuerpo al caminar. En efecto, todas las enseñanzas y manuscritos de los maestros tienen como objetivo realizar cualquier tipo de técnica dando grandes zancadas, y de acuerdo con ellos ahí está el secreto último del arte.
Hoy en día, es difícil no darse cuenta de que la mayoría de los practicantes de artes marciales, de todas las disciplinas; judo, karate, aikido, Jood, Kendo, Iaido, etc., caminan como atletas. Esto es lo mismo que decir que sus piernas están rectas, mantienen un torso recto o casi recto, y se equilibran con los brazos en diagonal aplicando torsión a la columna vertebral. En resumen, caminan de la manera habitual. Sin embargo, cuando estos mismos profesionales se encuentran en el proceso de aprender sus respectivas disciplinas, utilizan un modo de andar que fue fundada sobre el modelo de las escuelas clásicas.
Todas las disciplinas creadas durante el período Meiji (judo, karate, aikido, Jodo, Kendo, Iai-Do, etc.), tienen un punto en común: Usan una manera de andar en la que se utiliza el cuerpo de manera diferente que en las escuelas clásicas. Esto demuestra que todas las disciplinas antes mencionadas se bifurcan en un período en el que Japón estaba absorbiendo todas las ciencias y las técnicas del oeste y cuando el «andar occidental» se habría convertido en la moda. Sin embargo, durante el período Edo parece que los japoneses de la época tenían una forma de caminar, además de peculiaridades en el gesto corporal, que correspondían a cada clase social. Conocemos las palabras Bushi-Aruki, Hyakusho-Aruki, chonin-Aruki, Shokunin-Aruki y hinin-Aruki, aunque los significados detrás de estas palabras están casi olvidados hoy en día. Gracias a unas viejas películas de la primera mitad del siglo XX, somos capaces de documentar un repertorio de actitudes físicas que nos permiten arrojar algo de luz sobre la dinámica del tipo de movimiento antiguo del cual sólo encontramos imágenes congeladas en la iconografía.
Antes de la era Meiji japonesa se caminaba sin torsión en el cuerpo. Incluso después de la guerra, aún se pueden encontrar rastros de esta manera de caminar en granjeros y en ciertas familias de comerciantes de antigua descendencia (9). Los guerreros caminaban bajando su centro de gravedad sin enderezar completamente las piernas, la mano derecha seguido de la pierna derecha y la mano izquierda muy cerca de la espada con el fin de ser capaces de sacar la espada o cualquier otra arma u objeto en cualquier momento. Esta forma de caminar se llama Namba Aruki (10). Se realiza sin torsión al cuerpo y no causa que el kimono se desplace. Esta técnica se encontraba dentro del curriculum de aprendizaje de los movimientos técnicos para cada guerrero, y el análisis de las técnicas de combate que se encuentran dentro de ciertos documentos nos permite reconstruir este tipo de movimiento con gran precisión.
Al analizar cuidadosamente las diferentes técnicas básicas nos damos cuenta, que a partir de la segunda mitad del período Edo, se produce una mutación profunda en la práctica de las artes marciales. Durante el período Edo la instrucción a las masas, la creación de nuevas escuelas, la difusión de las técnicas, la creación de nuevos métodos de formación y protección, y la especialización técnica condujo a cambios sin precedentes en la práctica de las artes marciales y por lo tanto en la forma de moverse en las mismas. Para entender este fenómeno ayuda tener una representación precisa de la historia de las artes marciales. Varias corrientes diferentes influirán en la forma de pensar y la forma de moverse en las escuelas de la época Edo. Al estudiar la historia de las diferentes escuelas que nacieron durante el período Edo, se hace evidente que sus fundadores desarrollaron su arte dentro de tres corrientes posibles.
NOTAS
1. Baruch van Spinoza,The Ethics, Part III, Proposition II; Proof, Translation by R.H.M. Elwes, 1883.
2. La Nihon budô gakkai es una organización creada en 1972, que reúne a académicos e investigadores con diferentes enfoques de estudio sobre las disciplinas del Budô. Estos enfoques van desde la historia, el pensamiento o la filosofía, a la sociología, o la etnología, pasando por la medicina, biomecánica, o psicología. El Nihon Budô Gakkai organiza dos grandes simposios al año en una universidad japonesa, donde un gran número de practicantes, investigadores y académicos son invitados. Circula mucho saber y conocimiento, en forma de artículos académicos, lo que es muy apreciado en el mundo universitario, y por ciertos practicantes. Informe datado el 08/09/2005.
3. Konparu Zempo, su hijo Yoshikatsu, así como los actores de la siguiente generación, Yasuteru y Ujikatsu, eran todos expertos de alto nivel en artes marciales. El e-maki Shinkage-ryû Heihô Mokuroku no Koto, escrito en 1601 por Yagyû Muneyoshi Sekishûsai (1529-1606), y que fue entregado a Konparu, certifica su alto nivel de habilidad marcial, estos documentos, junto con otros, se conservan en Hozanji, en Nara.
4. Yagyû Munenori, quinto hijo de Sekishûsai, instructor de técnicas de combate para los tres primeros shogunes de la familia Tokugawa, disfrutó de una posición privilegiada. Autor del Heihô kadensho (escrito en 1632), era experto en la práctica del Nô, que compaginaba con el bujutsu.
5. Las escuelas Takeuchi, Shoshô, y Hokki son reconocidas como las más antiguas de Japón. Las raíces y creación de la Takeuchi–ryû pueden demotrarse histórica y filológicamente, y parece que la Shoshô-ryû es una denominación que puede ser datada al principio del período Edo, el documento de transmisión de esta escuela revela dos denominaciones con el mismo contenido técnico: Koden-ryû y Kanze-ryû. Es muy interesante el hecho de que esta escuela posea un curriculum de técnicas y una manera de usar el cuerpo que es completamente diferente del que encontramos en escuelas de finales del período Edo, y del judo de Kano.
6. El documento más antiguo (1959), que aún existe preservado en la librería de la ciudad de Toyama, es el Mokuroku, un índice de técnicas con el nombre de cada una. El documento atribuye la fundación de la escuela al monje Saichô (767-822). No tenemos fuentes históricas para esto último, así que debemos ser cautelosos en este punto. Parece que ninguna de las técnicas, pese a ser transmitidas dentro de algunos templos, nunca fueron registradas hasta este primer documento histórico de 1595. Lo interesante aquí de esta escuela es que fue transmitida de manera conjunta con la práctica de varias armas, incluído un kenjutsu que entre sus características está la de no usar fuerza muscular para ejecutar las técnicas de combate.
7. Los documentos de transmisión mejor conocidos son, entre, otros, el heihô kadensho escrito por Takuan (1573-1645), Ittôsai Sensei Kenpô Sho por Kotoda Yahei Toshisada (1620-1700), el Tengu Geijutsu Ron y ele Neko no Myô-jutsu por Issai Chozanshi (1659-1741).
8. En Nihonshi kohyakka Budô futaki Kenichi, Irie Kôhei y Katô Hiroshi Ed. Tokyôdô 1994 p.192, y en Budô wo shiru, Tanaka Mamoru, Tôdô Yoshiaki, Higashi Kenichi y Murata Naoki, Ed. Fumaidô, 2000, kata to bunka, p.106. 22
9. En Training Journal, May 2001, N°259, debate sobre el tema: “nanba and the use of the body”,entre el investigador de las artes maciales, Konô Yoshinori y el Doctor Watarai Kôjide la Tokyo University, p.12. 10. Esta manera de andar se usa en el Nô y en los teatros de marionetas. El kanji que designa el nanba o el nanban es difícil de interpretar. La referencia más fiable se encuentra en el trabajo del etnólogo Shioda Tetsuo, titulada Hakimono kenkyû. El autor describe varios tipos de andares usados por granjeros para moverse por los campos de arroz. Nanba se escribe en katakana.
¿Te ha gustado este artículo? Apóyanos usando Dropcoin.
¿Dudas, aclaraciones, reprimendas?. Deja un comentario