La pedagogía en el Aikido (VI): el Hombu Dojo, Kisshomaru y Tohei.

Kisshomaru en el Kobukan Ueshiba Kisshomaru a la edad de 31 años frente al Kobukan

En esta sexta entrada de la serie sobre la pedagogía en el Aikido, nos gustaría entrar a discutir uno de los aspectos más espinosos, y menos conocidos, de la historia del Aikido: el profundo cambio pedagógico y técnico que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial. Cambio dirigido desde el Hombu Dojo, con dos figuras destacadas en aquel momento: Ueshiba Kisshomaru, como administrador general en nombre de su padre, y Tohei Koichi, director técnico del Hombu Dojo.

La posguerra fue un momento difícil para el Aikido, como ya hemos visto alguna vez al hablar de Kisshomaru Ueshiba. El Hombu Dojo, aún el antiguo edificio de la preguerra dónde se alojaba el Kobukan Dojo, estaba parcialmente destruido, y alojaba a varias familias de refugiados que compartían tatami con los poquísimos alumnos que por allí pasaban. Además, Ueshiba Morihei se había retirado a Iwama, dónde estaba construyendo su dojo personal asociado al Aiki Jinja, y pasaba sólo de visita. Por último, la prohibición de la práctica de artes marciales decretada por la administración de la ocupación estadounidense puso las cosas muy difíciles. El Aikido tenía que superar tres problemas: la pobreza material y las consecuencias humanas de una guerra desastrosa para el país, la falta de publicidad del arte, y una práctica semiclandestina durante varios años.

Kisshomaru Ueshiba, el responsable administrativo del Hombu Dojo, tuvo que lidiar con todos estos problemas, ante el desinterés de su padre. No sólo tuvo que combinar su trabajo con la práctica docente, sino que además debió pelear duramente para fomentar el Aikido como arte marcial para una nueva época, desligándolo de las relaciones de su padre con la derecha japonesa que había promovido el expansionismo nipón de preguerra. Para conseguirlo, realizó una tarea titánica de promoción al más puro estilo deportivo (algo completamente nuevo en el mundo de las artes marciales), junto con la publicación de numerosos libros en los que creó el discurso que ayudaría al Aikido a integrarse en la sensibilidad japonesa, e internacional, de posguerra, poniendo hincapié en el pacifismo y el desarrollo personal como objetivos del arte creado por su padre. Sin duda, en esto último se alineó perfectamente con el profundo cambio espiritual experimentado por O Sensei durante la Segunda Guerra Mundial.

Estos cambios también se produjeron a nivel pedagógico. Como el actual Doshu reconoce, su padre modificó la técnica y método pedagógico del Aikido, para adaptarlo a los nuevos tiempos. En esto, no fue diferente de Tomiki, por ejemplo, que son su compilación del Aikido  pretendió convertir el arte marcial de preguerra, duro y despiadado, en un método de formación de los jóvenes de la Universidad de Waseda. Kisshomaru en esto, y tal como afirma su hijo, también trabajó duramente. A su lado tenía a Tohei Koichi, que durante mucho tiempo fue director técnico del Hombu Dojo, y bajo el cuál se formaron las primeras generaciones de shihan de la posguerra (un hecho comunmente olvidado).

Esto tuvo sus consecuencias a nivel técnico y pedagógico. En primer lugar, se modificó la aplicación de técnicas, como shomen uchi ikkyo, shihonage o irimi nage, haciéndolas distintas a las practicadas antes de la guerra. O, incluso, distintas a como O Sensei las enseñaba en Iwama o Hikitsuchi Michio en Kumano (en ambos dojos practican casi exactamente lo mismo en taijutsu, o mano vacía).

De esta manera, se creó una cierta cesura en el Aikido de posguerra, entre el practicado en el Hombu Dojo, y el enseñado en Iwama, en Shingu, o en las sedes del Yoshinkan o Yoseikan. Hay que decir que estas diferencias se daban incluso dentro de la propia organización del Aikikai. Saito, Hikitsuchi, o Shirata eran parte del Aikikai, todos ellos con la máxima graduación, pero no participaron de los cambios que se produjeron en el Hombu dojo. Los dos primeros, porque praticaban la forma enseñada por O Sensei en esos momentos en Iwama o Kumano; el segundo, porque conservó y transmitió lo aprendido en la preguerra.

Pero este cambio no fue tan profundo en el waza como en el método pedagógico. Aquí es donde la influencia de Kisshomaru y Tohei parece más profunda. En el Hombu Dojo, se abandonó el método pedagógico de kotai-jutai-ryutai-ekitai. Directamente, los alumnos pasan a practicar en jutai o ryutai, lo que también se llamó ki no nagare (término que pasó a ser de uso común en el Aikido desde entonces). Esta es un diferencia más que evidente, y cualquiera que haya practicado según el método Hombu, y después en otros estilos de Aikido, podrá apreciarlo inmediatamente. Para ilustrarlo, en el primer vídeo podréis ver a Yamaguchi Seigo entrenando. En el segundo, a Saito Sensei. Las evidencias en el método pedagógico son evidentes.

 

Según Stan Pranin, en este cambio seguramente Tohei tuvo mucho que ver. Y no parece descabellado. Si vemos la práctica de Shinshin Toitsu Aikido, el estilo fundado por él tras separarse del Hombu, vemos como prima la fluidez, abandonándose la practíca en estático con agarres fuertes. El siguiente vídeo es un ejemplo de este tipo de práctica y entrenamiento.

¿Por qué se produjo este cambio? Es complicado saberlo, pero seguramente ambos maestros consideraron que así se conseguía acercar el Aikido a más gente, o conseguir los objetivos de entrenamiento que buscaban más facilmente. En cualquier caso, este práctica se convirtió en el estándar en el Hombu Dojo, hasta hoy en día. A partir de ella, los maestros han ido añadiendo su propia cosecha, pero la base pedagógica permanece inalterable, con la eliminación del kotai como escalón de aprendizaje y la modificación de ciertas técnicas. Aunque para muchos practicantes sus maestros del Hombu Dojo puedan parecer muy diferentes entre si, si los observamos desde una visión más amplia todos ellos son muy parecidos en rasgos esenciales de su práctica (y muy diferentes a los practicantes de otros estilos de Aikido).

Otro asunto que tuvo importantes repercusiones fue la eliminación de la práctica con armas. Pero de eso ya hemos hablado cuándo examinamos la historia y práctica de las armas en el Aikido.

2 comentarios en La pedagogía en el Aikido (VI): el Hombu Dojo, Kisshomaru y Tohei.

  1. Raul Villaverde // 09/10/2015 en 16:52 // Responder

    Mis felicitaciones oe le nivel general de todos los articulos sobre la pedagogia de Aikido.
    Comparto totalmente la linea editorial y las concluciones y comentarios en general.
    Coincido con la opinion de la ausencia en la practica de armas en el estilo aikikai y no solo
    eso sino que es muy dificil encontrar lugares donde estimulen la utilizacion / marcacion de
    atemis junto a las tecnicas de base, no pareciendome esto un detalle nada menor.
    Es mi muy humilde opinion que el aikido (arte marcial que practico y me apasiona ) tiene
    pocas pibilidades como tal en un mundo real sin la utilizacion de atemis y desequilibrio.
    Saludos, agradecimientos y felicitaciones por vuestra labor.

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