Entrenar duro y entrenar bien no son la misma cosa

Entrenando de manera correcta, paso a paso.

Randori a principios del s. XX. Randori a principios del s. XX.

El entrenamiento físico duro, donde dotamos de gran potencia y velocidad a nuestros movimientos, suele ser el cliché que la gente tiene de un entrenamiento que “funciona” o que puede dar los mejores resultados. Esta imagen, en el peor de los casos, censura el enfoque de algunas artes marciales menos “duras” (se cita a menudo al Aikido como un ejemplo). Esto genera en los principiantes (y en los no tan principiantes) una voluntad de incorporar velocidad y fuerza a su práctica… Pero esto, que inicialmente parece inofensivo, puede llegar a ser mucho más problemático a largo plazo en cuanto a la progresión en su arte. Traducimos un artículo de Peter Boylan, publicado en su blog The Budo Bum en Julio de 2014, titulado “Training Hard And Training Well Are Not The Same Thing”.

Sobre Peter Boylan
peter boylanPeter Boylan inicia su camino marcial en 1986 cuando empezó a practicar Kodokan Judo en la universidad y ha estado estudiando Budo desde entonces. En 1990 se muda a Japón, donde continua estudiando Judo a la vez que comienza el entrenamiento en Muso Jikiden Eishin Ryu, Shinto Muso Ryu y Shinto Hatakage Ryu. Actualmente se encuentra centrado en el estudio de Shinto Hatakage Ryu y en el mantenimiento de su blog, The Budo Bum. En 1999 fija su residencia en los EE.UU. aunque todavía realiza frecuentes viajes a Japón para profundizar en el estudio del Budo.
Entrenar duro y entrenar bien no son la misma cosa
Por Peter Boylan

Todos queremos sacar el máximo provecho de nuestro entrenamiento. Observemos a las personas que entrenan duro y constantemente se fuerzan a si mismos. Parece obvio que cuanto más duro se entrena, mejor se sentirá el practicante. En Judo respetamos a las personas que entrenan más duro, con más intensidad que nadie. Todo ese sudor que gotea sobre el tatami tiene que significar algo, ¿no?

Me encontraba practicando piano cuando uno de mis errores en este estudio me llamó la atención, ya que es idéntico a los problemas que la mayoría de nosotros tenemos practicando en un dojo de Budo. No todas las prácticas son iguales. Algunos tipos de práctica dan rendimientos muy superiores, para el tiempo y esfuerzo invertido, que otros tipos. Los malos hábitos en el entrenamiento y en la técnica nos hacen perder el tiempo. Peor aún, puede conducir a inculcar malos hábitos y técnicas que en realidad nos hacen peor en lo que estamos estudiando de lo que éramos antes de la formación.

Estaba practicando algunos acordes (palabra que podría significar kata), que son ejercicios fundamentales para la formación de los dedos en el piano. Estos son los ejercicios aburridos por los que todo el mundo pasa corriendo para llegar a las cosas buenas, la música de verdad, el verdadero budo. Los acordes en música son como la práctica del kihon waza en budo. Son los movimientos fundamentales que hay que practicar más allá de la capacidad de hacerlos de manera adecuada, más allá de la capacidad de hacerlos correctamente sin pensar en ellos, hasta el punto en el que no se puedan hacer de forma incorrecta.

Final del Estudio Trascendental nº2, "Fusées", de Franz Liszt.

Final del Estudio Trascendental nº2, «Fusées», de Franz Liszt.

La parte difícil es practicar correctamente al principio para no desarrollar  malos hábitos que reduzcan la velocidad después. El primer, más común y más grande error con los acordes y con el kihon waza es tratarlos como ejercicios sin sentido, aburridos. Estos ejercicios le enseñan al cuerpo y la mente los fundamentos más importantes de todo lo demás. Si se trata de correr, o de evitar concentrase en ellos despistándose con la ropa, o el trabajo, o los amigos mientras se ejecutan, es probable que se estén haciendo en forma incorrecta, y grabando esta mala ejecución a fuego.

Para conseguir unos fundamentos correctos como principiante, hay que pensar en cómo se están ejecutando estos ejercicios. Cuando se haya dejado de ser un principiante, es probable que no se tenga que pensar en lo básico al practicar cosas más avanzadas, pero cuando todavía se están practicando los fundamentos hay  que concentrarse en ellos. Si no se hace así, se corre el riesgo de dejar que los errores y la mala técnica se cuelen. También se pierden todos los beneficios que provienen de la práctica consciente. Hay que ser consciente de lo que se está haciendo. Practicando técnicas básicas, busquemos las cosas que se pueden mejorar. En 100 repeticiones tendremos suerte si conseguimos 10 que realmente nos gusten. También tendremos suerte si sólo hacemos 10 que no nos gusten en absoluto. El resto estarán en algún lugar en el medio. El objetivo es ser consciente de cada repetición para tratar de arrastrar las peores repeticiones a la calidad de las mediocres, y las mediocres hasta el nivel de las mejores. Como todos los budo, se trata de una actividad sin fin, ya que en lo que se refiere a mejorar, siempre se podrá llegar a un nivel superior.

Otro escollo en el camino de la práctica es el apresuramiento. Si has escuchado a un músico joven (en mi caso no tan joven), apresurarse en una pieza musical se sabrá lo malo que puede ser esto. No hay que apresurarse en la práctica, incluso si no se tiene mucho tiempo. Correr haciendo las cosas es peor que no practicar. Si no se practica, no se mejora, pero tampoco se cogen malos hábitos. Si se precipita uno en algo, esto se hace a la velocidad equivocada, lo que es simplemente incorrecto. Si no se dispone de mucho tiempo, es mejor hacer sólo lo que se tenga tiempo para entrenar correctamente. Cuando uno se acelera, la forma correcta de hacer las cosas es sólo la primera cosa que se pierde. También se sacrifica el ritmo y la sensación de la técnica adecuada, y se pierde la conciencia de lo que se está haciendo. En este tipo de situación, al entrenar sólo puede llevarnos hacia atrás, al reforzar las malas ejecuciones, el mal timing,  y una mala concepción de la técnica.

Una de las partes más populares de la práctica del judo es también una de sus mayores debilidades. El randori o combate estilo Judo es  muy divertido, lo que motiva que a menudo los estudiantes prefieran hacer esto antes que el trabajo básico. Hay muchas cosas que pueden salir mal en el randori, sin  embargo. El primer problema es toda esa diversión. Todos somos susceptibles a ésto: Es fácil pasar todo el tiempo practicando las partes divertidas de la formación, sean cuáles sean estas, y abandonar aquellas que no captan nuestra atención y gratifican nuestros corazones. Esto es cierto en todas las artes, incluso en budo koryu donde hay muy poco de práctica del tipo sparring. Hay algunas katas que son más interesantes, y otros que me frustran hasta el punto de gritar porque me parece que nunca podré hacerlo bien.

Una forma particular de esta trampa es practicar en lo que mejor se nos da. Nos gusta practicar cosas en las que somos buenos mucho más que aquellas que no hemos dominado todavía. Me encanta hacer harai goshi y tai otoshi en judo porque las hago mejor que cualquier otra cosa. Sin embargo, eso es exactamente la razón por la que debería limitar mi práctica en estas técnicas. El hecho de que pueda hacer algo mejor que cualquier otra cosa me debería decir cuánto más tengo que estar practicando todo lo demás. Hay que pasar la mayor parte del tiempo practicando lo que no está bien desarrollado. Ahí es donde se va a mejorar más.

El segundo problema con el randori y otras prácticas de sparring es la tendencia de la gente a ir más rápido y más rápido a medida que la sesión continúa. Randori es una forma de práctica, no es una competencia para ver quién es mejor. La gente por lo general se olvida de este punto a lo largo de los 10 segundos del inicio de una sesión. Tan pronto como se deja de pensar en randori o combate como práctica y se empieza a tratar como otro tipo de competición, su valor cae en picado. Se dejan de practicar las técnicas más débiles que hay que pulir, y se cambia a las técnicas favoritas. La gente también empiezan a ponerse a la defensiva, ya que no quieren perder. En judo esto significa todo tipo de malas posturas y esfuerzos musculares para evitar la proyección. En su lugar, se debería estar trabajando en inculcar una buena postura y el movimiento que  permitirá ejecutar una técnica efectiva.

El tercer problema que veo es que la gente no practica randori con un plan para utilizarlo para mejorar. Hay que ir a una sesión de randori con un plan para lo que se quiere practicar y mejorar. No hay que preocuparse por ganar y perder. Se trata de la práctica, por lo que mejorar es la verdadera victoria, no derrotar al otro tipo. Si todo lo que se hace es preocuparse por ganar, se ha perdido la oportunidad de mejorar, y peor aún, es muy probable que se cojan malos hábitos en el esfuerzo por ganar. Elijamos una técnica que necesitamos trabajar y centrémonos en encontrar donde esta técnica se inscribe en el movimiento general. O simplemente trabajemos en cómo movernos y sentir a la pareja. Tomémonos el tiempo para desarrollar una comprensión de cómo las personas se mueven y reaccionan. Este tipo de prácticas harán que nuestro budo sea mucho mejor, puliendo nuestras habilidades y mejorando sus fundamentos.

Randori a principios del s. XX.

Randori a principios del s. XX.

Elijamos una velocidad e intensidad de práctica que se adapte a los puntos que deseamos trabajar. Lento es genial para algunas cosas. La velocidad de la luz podría funcionar mejor para pulir algo así como barridos de pierna. Pensemos en lo que deseamos obtener de un randori o sesión de entrenamiento, y cómo vamos a tener que entrenar para conseguir eso. No nos limitemos  a correr para echar todo lo que se está trabajando por la borda.

Cuando vamos a tope a por la victoria en la práctica, lo mejor que podemos esperar es ganar sin desarrollar malos hábitos. No hay nada mejor. Lo peor que puede pasar es que desarrollemos y arraiguemos estos malos hábitos al tratar de ganar y no perder, mientras que desarrollamos una actitud contraproducente sobre lo que son la victoria o la derrota.

Entrenar a menos del 100% de intensidad es difícil, porque asociamos entrenar duro con una formación eficaz. Esto es cierto cuando se está trabajando en el desarrollo de cardio o fuerza. Sólo mejoramos nuestra condición física cuando empujamos los límites de lo que puede hacer. Cuanto más sudor, cuanto más trabajo, más fuertes nos ponemos y más aumentamos nuestra resistencia.

El entrenamiento duro es ideal para la fuerza, pero ¿lo es para la técnica?

El entrenamiento duro es ideal para la fuerza, pero ¿lo es para la técnica?

Cuando se está trabajando en la técnica, sin embargo, el entrenamiento duro se interpone en el camino de una buena formación y puede convertirse en mal entrenamiento. La adición de músculo, como sigo redescubriendo, no mejora la técnica. Curiosamente, sin embargo, la adición de habilidad técnica hace que el músculo sea más eficaz. Es interesante cómo funciona. Con el fin de hacer que la fuerza física sea tan útil y eficaz como sea posible, hay que trabajar en la práctica sin ella. Una vez que la técnica es suave y fluida, entonces se puede intentar añadir un poco de velocidad y fuerza en el momento adecuado para que sea útil. La fuerza y ​​la velocidad no son siempre beneficiosas. Su uso en el momento equivocado es un desperdicio de energía y puede destruir la eficacia de una técnica. Tengo experienciaen  encontrar formas para hacer fracasar una técnica perfecta, y la adición de la fuerza o la velocidad en el momento equivocado es uno de los mejores.

Hay otra área donde la tentación de practicar demasiado duro es demasiado frecuente: cuando practicamos técnicas «reales», como técnicas de defensa personal. El encanto de hacer la técnica tan dura y tan rápida como sea posible, porque esto es para la autodefensa y queremos estar seguros de que va a funcionar, es muy poderoso. Es incluso más irresistible que las galletas de mi esposa recién salidas del horno, enfriando en el estante cuando sale de la cocina. El problema con esto es el mismo que en randori y combate. Podemos empezar a confiar en las malas técnicas y el excesivo músculo y velocidad para conseguir lo que queremos. Esto está bien hasta que te encuentras con alguien con buena técnica, o incluso alguien más rápido o más fuerte.

Un método mejor es practicar la técnica a una intensidad muy baja. A medida que se sienta uno más cómodo en ella, pedimos a la pareja que aumente ligeramente la intensidad. Cuando se pueda hacer la técnica con calma y sin problemas a la nueva intensidad, se puede subir de nuevo. Con el tiempo uno será capaz de hacer la técnica con calma y sin problemas con la pareja atacando tan intensamente como le sea posible. Vas a tener una buena técnica, y estarás acostumbrado a realizarla tranquilo y relajado, de manera eficaz incluso bajo intensos ataques, fuertes. Si se pasa directamente a trabajar a niveles de alta intensidad se necesita mucho más tiempo para dominar la técnica, si alguna vez se consigue. Lo más probable es que se desarrollen malos hábitos para compensar la habilidad que no se tiene, que sólo harán que el verdadero desarrollo de esta habilidad sea mucho más difícil.

Entrenar lento y trabajar hasta el final. Es fácil practicar de manera equivocada. La tentación siempre está ahí para empezar a practicar duro, más rápido y más intensamente de lo que estamos preparados técnicamente. No cedamos. Practiquemos correctamente para verdaderamente aprender a hacer las técnicas y dominar el arte.

P.D. Este sitio contiene un muy buen artículo sobre la práctica desde una perspectiva musical: http://www.musicforbrass.com/articles/art-de-practicing.html

© Copyright. Todos los derechos reservados por su autor original. The Budo Bum está protegido mediante Copyright 2009–2014 por su dueño, Peter Boylan. La presente traducción y su publicación en Aikido En Línea cuenta su autorización.

4 comentarios en Entrenar duro y entrenar bien no son la misma cosa

  1. Totalmente de acuerdo con este artículo y con la línea de esta Web!!

    Esta es una de las cosas que hablamos frecuentemente en el Dojo, especialmente cuando algún practicante comenta lo «duro» que practican en tal o cual lugar.

    Llevo practicando Aikido desde 1992 y he tenido oportunidad de compartir clases con muchos que tenían fama de «entrenar duro»…pero esa «dureza» consistía en aterrizar violentamente sobre el tatami a un Uke que no sabía atacar (cosa bastante habitual en Aikido) o se caía solo debido a la complacencia que se fomenta en muchos Dojos, por lo cual en vez de entrenar duro, diría que ese era un Nage abusivo y eso no es lo mismo.

    En nuestro Dojo la metodología de entrenamiento de Aikido que trabajamos la dividimos en tres grandes partes:

    1. Kihon dosa, donde incluimos desplazamientos, golpes de puño, golpes como Shomen Uchi, Yokomen Uchi, patadas, desvíos, etc., tanto individualmente como en pareja, a un paso o de forma dinámica.

    2. Kihon waza, donde entrenamos en 3 formas:

    a. Estudio (en tres etapas: salida y atemi, ejecución de la técnica y finalización),
    b. Fluida
    c. Dinámica (más libre)

    3. Jiyu waza, aquí trabajamos kakari geiko, hantai (resistencia) y el randori.

    Esta es la metodología de entrenamiento usada en nuestro Dojo, no es un estilo ni nada nuevo, simplemente usamos las herramientas que el Aikido nos ofrece como ARTE MARCIAL y dado que nuestro enfoque apunta principalmente a la aplicación en situaciones de defensa personal, nos sentimos muy a gusto entrenando de esta manera aunque respetamos a los que prefieren hacerlo de otra.

    Cualquier consulta, a las órdenes

    Osu!!

  2. el problema es hacer entender todo esto a un alumno principiante.

  3. En nuestra experiencia sucede lo contrario, los principiantes llegan con la mente más abierta que los alumnos que provienen de otros Dojo de Aikido y comprenden esto de manera más natural. Inclusive, alumnos que han practicado otras Artes Marciales y vienen con preconceptos sobre el Aikido (que no existen golpes, que uke y nage bailan, etc. etc.) encuentran que no es así y que en Aikido existen diferentes enfoques. En este sentido, preferimos el Aikido de los primeros tiempos al actual, pero esto es cuestión de preferencias.

    Volviendo al tema de los principiantes, por ejemplo, durante nuestras clases como parte del calentamiento todos realizamos golpes, desplazamientos, desvíos, ukemi, etc., Luego, nos enfocamos en una sola técnica por clase, aplicada frente a dos o tres ataques diferentes y esto lo desarrollamos dentro de Kihon Waza, primero en la forma estudio, después de forma fluída y con los más avanzados de forma dinámica.

    Una vez que los principiantes (personas que nunca practicaron Aikido o nada) comienzan a comprender la dinámica de la clase, los desplazamientos y logran ejecutar algunas técnicas «sin ayuda», también son incluidos en trabajos como Kakari geiko, para adquirir confianza y experimentar los diferentes conceptos (centro, potencia de la cadera, equilibrio/desquilibrio, trabajo respiratorio, coordinación, etc.).

    Cualquier consulta: aikidoshojindojo@gmail.com

    Osu!!

  4. Muy buen artículo.
    Coincide totalmente con la base del entrenamiento de Takemusu Aikido tal y como nos la enseña sensei Ulf Evenås. Despacio, despacio, entiende cómo y porqué te mueves, integra el gesto de todo el cuerpo y parte de la cadera. Kihon hasta hartarse. Y más kihon. No hay prisa que quien corre se equivoca facilmente de meta y deshandar cuesta todavía más.
    Y uno no se aburre porque cada vez se quita una capa a esa cebolla inacablable.

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