Al entrenar, rápido es lento y lento es rápido
O cómo mejorar rápido entrenando lentamente.

En una entrada anterior, os trajimos una traducción de un artículo de Peter Boylan, en el que llamaba la atención acerca de los entrenamientos duros pero poco rigurosos. El siguiente artículo, publicado en su blog The Budo Bum en Julio de 2014 y titulado “When It Comes To Training, Fast Is Slow And Slow Is Fast”, es la traducción de la segunda parte de este ensayo, en el cual nos recomienda, de manera rigurosa y experta, entrenar con la velocidad y rapidez adecuadas para cada momento. Sin duda, una aportación muy interesante.

Por Peter Boylan
En mi última publicación en el blog, en la que hablé de los errores que se cometen en la práctica, parece que di la impresión de que creo que el entrenamiento con intensidad es siempre malo. Después de releer lo que escribí, pude ver que había pasado. Pasé la mayor parte del artículo hablando de los problemas con el entrenamiento duro, y sólo mencioné como entrenar duro correctamente en el siguiente pasaje:
Entrenar lento y trabajar hasta el final. Es fácil practicar de manera equivocada. La tentación siempre está ahí para empezar a practicar duro, más rápido y más intensamente de lo que estamos preparados técnicamente. No cedamos. Practiquemos correctamente para verdaderamente aprender a hacer las técnicas y dominar el arte.
Hay un viejo dicho en los círculos de artes marciales: “Rápido es lento y lento es rápido”. El ejemplo más claro que he visto de este dicho lo pude ver con mi maestro de iaido, Suda Sensei, practicando kendo con estudiantes de secundaria. En ese momento Suda Sensei tenía 80 años. No tenía la velocidad, o fuerza o resistencia de estos niños de 16 a 18 años. Si todo lo que hubiese usado fuese la velocidad y la fuerza física le habrían derrotado nada más sacarlo al dojo. En lugar de eso él les dominaba completamente al mismo tiempo que parecía moverse a cámara lenta en comparación con sus jóvenes oponentes. Éstos, a su vez , no eran solamente niños fuertes. Muchos habían estado haciendo kendo durante 10 años o más por lo que eran también bastante buenos técnicamente.
Aún así, estos chicos jóvenes, fuertes, no hubiesen sido capaces de hacer nada contra él. No es que Sensei fuese más rápido y más fuerte y los aplastase. Simplemente estaba dónde debía estar. Nunca lo veías tomar ventaja de una abertura. Eso requeriría velocidad. En cambio su shinai estaba allí, ocupando el lugar en el momento en el que la apertura aparecía. Él era lento, y se movía lentamente (al menos en comparación con los atletas de 18 años de secundaria que entrenan todos los días). Nunca iba con prisa y nunca corría. Entendía cómo su pareja se movía, y ponía su espada justo en el lugar correcto en el momento adecuado para hacer un hermoso corte. No tenía que darse prisa. Podía moverse lentamente porque más importante que ser rápido o fuerte, es saber cómo moverse y dónde estar y siempre lo hacía correctamente.
No se logra ese tipo de comprensión, el control y el movimiento suave y sin esfuerzo, entrenando duro a todas horas. Se llega a través del entrenamiento adecuado. Entrenamiento adecuado significa no entrenar lo más duro de lo posible, preocupándose por mantener la postura, la respiración y el movimiento adecuados. Esta es la parte difícil. Se tiene que entrenar tan duro como se pueda mientras se haga todo correctamente. Si se está entrenando muy duro, y se va tan rápido que no se puede mantener la postura correcta, el movimiento correcto, la respiración correcta, y la técnica correcta, entonces se está entrenando demasiado duro. El mayor problema con esto es que, a continuación, uno mismo enseña malas postura, movimientos erróneos, respiración pésima, superficial, y una técnica débil.
El truco consiste en entrenarse a sí mismo hasta el punto donde todo comienza a desmoronarse, pero no traspasarlo. Es fácil ir demasiado lejos, y todavía me encuentro a mí mismo haciendolo de vez en cuando. Trato de eliminarlo, todavía me queda algo de ego en este punto, y a veces me supera. Confío en mis amigos y sempai para ayudarme a evitarlo, y me detengo cuando empiezo a cruzar la línea del mal entrenamiento.
Una de las primeras claves para entrenar tan duro como se puedas correctamente es empezar lento. El “lento es rápido, y rápido es lento” empieza aquí. Si se intenta apresurar el entrenamiento se mejorará lentamente, en todo caso, porque se entrena en una mala técnica, mala postura, movimiento incorrecto y poco profundo, y respiración ineficiente. Hay que empezar despacio, muy por debajo de la mayor velocidad y el nivel de intensidad más alto. Sea lo que sea que se está practicando, hay que enfocarse y hacerlo a la perfección. A continuación, se aumenta la intensidad. No es la fuerza o la velocidad. Sólo la intensidad. Se aumenta el enfoque, y uno se abstrae de todo lo demás, excepto lo que se está haciendo al 100%. Poco a poco se aumenta la velocidad, pero nunca se pierde el control.

Suwari Waza en el Kobukan Dojo. Entrenar estas técnicas lentamente es fundamental para desarrollar habilidades básicas del Aikido.
Si se tiene un compañero el control de este tipo de cosas es mucho más fácil. Es una de las razones por las que las koryu budo ryuha requieren que los estudiantes de nivel inferior trabajen siempre con un estudiante veterano que actuará como el uke para la técnica o el kata. El estudiante veterano inicia la interacción y establece el nivel de velocidad e intensidad. El objetivo es siempre practicar justo encima de donde el estudiante se sienta cómodo, pero por debajo del punto en el que su técnica y control se desmoronan. Ese es un espacio bastante estrecho para la mayoría de nosotros. Sé que mi técnica comienza a romperse poco después de que nos movemos fuera de mi zona de confort.
El objetivo es ampliar esa zona de confort. Hacerse capaz de manejar más y más estrés sin estar tenso, sin respiración superficial, tirando de los hombros hacia arriba hasta los oídos y balanceándose sobre los talones. Los buenos maestros y sempai se pondrán en el lugar del compañero de entrenamiento, y se ajustarán para conseguir el entrenamiento adecuado. A veces apetece pasar mucho tiempo entrenando en ese sombría región en la que uno no se siente cómodo, pero todavía queda mucho para aprender a moverse adecuadamente, mantener una buena postura, respirar bien, y ejecutar una buena técnica. Aquí es donde se va a lograr el mayor progreso.
Cada vez que se entrena ahí, se extiende la zona de confort un poco más lejos, y el punto donde la técnica, la postura, la respiración y el movimiento se desmoronan se mueve un poco más lejos también. Esto no es necesariamente un entrenamiento duro como estamos acostumbrados a pensar. Es difícil, sin embargo, y te dejará chorreando de sudor de la atención, la concentración y el control necesarios para entrenar en la zona de sombra entre la comodidad y la pérdida de control. Se necesita mucho tiempo para aprender a empujar los límites de uno mismo lo suficiente, pero no demasiado lejos.
Creo que esta es la razón por la cual los estudiantes de koryu parece que, en mi experiencia, avanzan más rápido que los estudiantes de artes modernas. No es que los planes de estudio de las koryu sean inherentemente mejores. El sistema de entrenamiento de una koryu es mucho mejor, sin embargo. Los principiantes y alumnos de nivel inferior siempre entrenan con un grado alto cuyo trabajo es mantenerlos entrenando un poco más allá de su zona de confort sin ir demasiado lejos. El estudiante no tiene que preocuparse acerca de lo difícil o intenso del entrenamiento. Los sempai marcan el nivel y el ritmo y se aseguran que el entrenamiento sea rápido y fuerte, pero no demasiado rápido o demasiado duro. De esta manera los alumnos obtienen el máximo beneficio de su tiempo en el dojo.
Un problema que veo con muchos budo modernos es que la gente pasa mucho tiempo haciendo repeticiones por su cuenta, sin la supervisión suficiente para asegurarse que lo que están haciendo son repeticiones de alta calidad y que están entrenando una buena técnica. Entonces se anima a los estudiantes a hacer sparring y randori con gente de todos los niveles, sin ningún control en cuanto a lo difícil del combate. Los estudiantes se empujan entre ellos demasiado duro, se preocupan por ganar (o no perder), y se enseñan a sí mismos malos hábitos de los que van a estar tratando de deshacerse durante décadas (creedme, tengo una pequeña inclinación en la cintura en haraigoshi con la que he estado luchando durante casi 25 años. Y ni siquiera voy a mencionar lo rápido que puedo caer en una mala postura defensiva, ¡¡Arghhh!!).

Kokyu es un principio básico del Aikido, que puede enseñarse lentamente, en kihon, para dominarlo a la perfección.
No hay que apresurarse con un entrenamiento más duro para el que no se esté preparado. Asimismo, no hay que apresurarse en tratar de aprender técnicas y kata antes de estar listo para ellas. Hacer esto sólo consigue dos cosas. Se diluye la cantidad de tiempo que se tiene para el desarrollo de cada técnica porque se persiguen demasiadas habilidades al mismo tiempo. Además de eso, hace que sea más difícil para el cuerpo absorber cualquiera de las habilidades de manera efectiva ya que se está tratando de asimilar más de lo que uno es capaz. El resultado es que se están estudiando más cosas, pero el aprendizaje es más lento. Rápido es lento y lento es rápido.
Hay que aprender las cosas más básicas sólidamente antes de añadir más. Conozco bien el deseo de aprender las técnicas avanzadas. El secreto es que no hay técnicas avanzadas. Son sólo los fundamentos aplicados tan perfectamente que parecen técnicas avanzadas. Hiroshi Ikeda Sensei dijo una vez que “nosotros enseñamos todos los secretos del Aikido en la primera clase”. Es verdad. En el primer día se aprende relajación, a moverse correctamente y a respirar. Aprender bien los conceptos básicos y todas las técnicas se verá como algo mágico. Una vez estuve en un seminario donde Howard Popkin hacía cosas imposibles para mí. No hizo técnicas avanzadas, nada complicado. Hizo técnicas muy básicas y aplicaciones como la seda y la eficacia con que se sentían era mágica. ¿Y sabéis qué? Incluso aquellos de nosotros que hacíamos eso por primera vez podíamos hacer las técnicas de manera efectiva cuando ralentizábamos los movimientos hasta ser capaces de hacerlos correctamente. En el momento en que tratábamos de acelerar las cosas, sin embargo, todo se venía abajo. No hay manera de aprender las cosas buenas apresurándose. Hay que reducir la velocidad y hacerlo bien. Rápido es lento y lento es rápido.
Aprendamos un budo bueno y potente. Aprendamos técnicas que sean tan suaves y eficaces que los demás nos digan que hacemos magia y que no pueden imaginar cómo se puede hacer lo que tú sí haces. Dominemos nuestro cuerpo y la técnica tan plenamente que entremos en cada abertura de nuestro compañero incluso antes de que se haya abierto. Estemos tan relajados y movámonos tan lentamente mientras dominamos por completo a nuestros oponentes que la gente que observe no pueda entender cómo lo hacemos. La forma más rápida de llegar a esto es ir más despacio y no ir más rápido de lo que es recomendable para hacer la técnica correctamente. Rápido es lento y lento es rápido.
© Copyright. Todos los derechos reservados por su autor original. The Budo Bum está protegido mediante Copyright 2009–2014 por su dueño, Peter Boylan. La presente traducción y su publicación en Aikido En Línea cuenta su autorización.
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